Sentimos con gran dolor la partida de nuestro santo padre, el papa Francisco, que peregrina hacia la casa del Padre.

Elevemos una oración por el alma de nuestro padre Francisco, por su eterno descanso y dándole gracias a Dios por su ministerio como pastor de nuestra iglesia peregrina en la tierra.
𝐷𝑎𝑙𝑒, 𝑆𝑒𝑛̃𝑜𝑟, 𝑒𝑙 𝑑𝑒𝑠𝑐𝑎𝑛𝑠𝑜 𝑒𝑡𝑒𝑟𝑛𝑜 𝑦 𝑙𝑎 𝑙𝑢𝑧 𝑝𝑒𝑟𝑝𝑒𝑡𝑢𝑎 𝑏𝑟𝑖𝑙𝑙𝑒 𝑝𝑎𝑟𝑎 𝑒𝑙𝑙𝑜𝑠. 𝑃𝑎𝑟𝑎 𝑇𝑖, 𝑜ℎ 𝐷𝑖𝑜𝑠 𝑠𝑒 𝑐𝑎𝑛𝑡𝑎 𝑢𝑛 ℎ𝑖𝑚𝑛𝑜 𝑒𝑛 𝑆𝑖𝑜𝑛 𝑦 𝑝𝑎𝑟𝑎 𝑇𝑖 𝑒𝑛𝑡𝑟𝑒𝑔𝑎𝑛 𝑜𝑓𝑟𝑒𝑛𝑑𝑎𝑠 𝑒𝑛 𝐽𝑒𝑟𝑢𝑠𝑎𝑙𝑒́𝑛; 𝑒𝑠𝑐𝑢𝑐ℎ𝑎 𝑚𝑖 𝑜𝑟𝑎𝑐𝑖𝑜́𝑛, 𝑎 𝑡𝑖 𝑣𝑒𝑛𝑑𝑟𝑎́ 𝑡𝑜𝑑𝑜 𝑙𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑠𝑡𝑎́ 𝑣𝑖𝑣𝑜. 𝐴𝑚𝑒́𝑛.
(Esdras 2, 34-35. Salmo 64,2-3.)
Que el Señor lo acoja en su reino eterno y le premie tantas buenas obras como ha hecho con los hijos de Dios, por la paz y el amor en el mundo.